En Taiwán llueve mucho. Es lo que tienen los climas subtropicales como este. Sin embargo, la mayoría de las veces la lluvia no es fuerte, más bien chispea o es chirimiri, como dirían algunos.
A mí no me gustan los paraguas y entre el 80% y el 90% de las veces que llueve ni siquiera lo saco del bolso, porque a mi juicio llueve tan poco que no merece la pena tanto incordio.
En cambio, los taiwaneses sacan el paraguas a la primera gota. El
look de lluvia taiwanés se compone generalmente de paraguas, sudadera o jersey de manga larga, pantalón corto o remangado y chanclas. Si van en
moto, es costumbre llevar un chubasquero hasta los pies pero con los dedillos asomando. Yo creo que, al contrario de lo que uno se imagina, las botas de lluvia no tienen suficiente mercado. Que digo yo, si no será mejor no llevar los pies empapados...
Una taiwanesa me dijo que usara paraguas porque el agua de lluvia es sucia, que yo pensé: no creo que el agua que me cae en la cabeza sea más sucia que la que hay a mis pies, pero bueno...
Aquí por suerte son bastante frecuentes los soportales. Una gran idea arquitectónica para evitar la lluvia. La pasión por los paraguas de los taiwaneses hace que cuando cruzan una calle, de un soportal a otro, abran el paraguas para cruzar incluso metro y medio. No sé si soy yo que vivo muy deprisa y me despreocupo de mi pelo, pero no se me ocurre pararme a abrir el paraguas, dar dos zancadas y volverlo a cerrar.