Máquina expendedora de mascarillas en Taipei Bus Station |
Las mascarillas han pasado de ser un objeto sanitario a uno de consumo, es posible encontrarlas, desechables o no, de todos los colores, tamaños y materiales; como un complemento más a la hora de vestir.
Muchas personas que están de cara al público, como trabajadores de oficinas burocráticas, conductores de autobuses o cocineros también las llevan. En estos casos entiendo que es más bien para evitar contagiarse ellos con tanto trasiego de personas y para preparar comida en condiciones más higiénicas.
Sin embargo, debo decir que en todo este año no he visto a ninguna persona con mascarilla con síntomas de estar enfermo tipo tos, estornudos, mucosidades, etc. De manera que tengo mis dudas al respecto de su utilización y creo que muchos se la colocan como el que se pone una bufanda.
Comento también que la costumbre taiwanesa de hacerse fotos a sí mismos no decae porque lleven media cara tapada con la mascarilla. A nosotros nos sorprende porque para qué querríamos tener fotos nuestras así, con pinta de enfermos, pero a ellos parece no importarles. Costumbres culturales, al fin y al cabo.