Si hay algo que llama la atencíón al llegar a Taiwán es la cantidad de carteles, de cualquier tipo, presentados por muñequitos. Especialmente a cualquier europeo nos parece de una falta de seriedad tremenda que avisos de seguridad tengan como protagonistas a animalitos o personajes sonrientes.
Desde el punto de vista taiwanés, los muñequitos representan una forma amistosa de dirigirse al ciudadano, ya que aquí lo de ser muy directo (como estamos acostumbrados en el viejo continente) no se lleva en absoluto.
Es cierto que dirigirse así a la sociedad probablemente tenga muchos beneficios, ya que los mensajes se asumen de una manera más afable. No obstante, creo que en algunos aspectos crea un mundo demasiado infantil que no muestra la realidad de los peligros a los que se está expuesto. Por ejemplo, el cartel de bomberos, ya que en un incendio no me imagino que nadie llame tan sonriente como el muñeco que lo presenta.
Desde el punto de vista taiwanés, los muñequitos representan una forma amistosa de dirigirse al ciudadano, ya que aquí lo de ser muy directo (como estamos acostumbrados en el viejo continente) no se lleva en absoluto.
Es cierto que dirigirse así a la sociedad probablemente tenga muchos beneficios, ya que los mensajes se asumen de una manera más afable. No obstante, creo que en algunos aspectos crea un mundo demasiado infantil que no muestra la realidad de los peligros a los que se está expuesto. Por ejemplo, el cartel de bomberos, ya que en un incendio no me imagino que nadie llame tan sonriente como el muñeco que lo presenta.