Primeras impresiones

Llega el momento de contar mis primeras impresiones al llegar a esta ciudad, así que ahí van:

Taipei me gusta. Algunas personas me han dicho que se esperaban una ciudad mucho más moderna y que les ha defraudado. En realidad, Taipei mantiene un equilibrio entre lo nuevo y lo tradicional, que a mi juicio le da ese encanto. Aunque hay edificios altos y está el Taipei 101, el segundo edificio más alto del mundo, esto no es Nueva York. Por lo demás, la ciudad se ve bastante bien cuidada y limpia, en comparación con otros lugares.

Por la calle, las motocicletas son el medio de locomoción por excelencia, suenan como cientos de abejorros y encima conducen como locos. Eso sin contar que a veces llevan a niños pequeños en las motos, o incluso bebés y mascotas. En cuanto al transporte público, tengo que decir que funciona muy bien, aunque ya me extenderé más adelante sobre ello.

Los taiwaneses, como en otros sitios de Asia, suelen llevar mascarillas para evitar contagiar enfermedades a otras personas, también las suelen llevar al conducir motos para no respirar tantos humos. Por si esto fuera poco visten también manguitos o chaquetas para no ponerse morenos, ya que aquí se considera algo feo. Las mujeres por lo general suelen llevar paragüas, tanto para la lluvia como para el sol.

Respecto al tiempo, aquí para mí no es tanto el calor sino la humedad que hace. Amanece además muy temprano y a las 18 horas ya es prácticamente de noche.

La gente me resulta muy amable, a pesar de la barrera del idioma, ya que no muchos hablan inglés o no lo hablan por vergüenza. Con los jóvenes, normalmente, no se da ese problema. Existen además ciertas normas de cortesía bastante bien arraigadas en la sociedad, por ejemplo en el transporte público está prohibido comer o beber y la gente suele hablar en voz baja por el móvil para no molestar a otros viajeros.

He observado que los chicos taiwaneses tienen por costumbre llevar el bolso de sus novias, lo cual puede parecer algo muy "mono" o una completa "mariconada", con perdón.

Aquí les va mucho lo de los dibujitos animados y están por todas partes, incluso en carteles más o menos serios. Con decir que he acabado en casa con una toalla de Doraemon y una plancha de Piolín porque eran productos más baratos que el resto...

En lo referente a la comida, aquí es posible encontrar de todo: comida italiana, fast food americano, bollerías, sándwiches, etc. Para el resto, es mejor que hayas aprendido antes a comer con palillos.

Algunas de las cosas buenas de los restaurantes es que a veces el agua o el té son gratis y la camarera te va rellenando el vaso de vez en cuando o hay una jarra para servirte. Son detalles que se agradecen.

Y hablando de comida, no puedo dejar de citar una de las especialidades taiwanesas: el tofu apestoso (chou tofu). Tal y como su nombre indica, huele no mal, sino fatal. Creo que no consigo estar más de tres segundos seguidos soportando el olor. Es frecuente encontrar puestos de comida por la calle que lo preparan o también por los mercados nocturnos. Lo mejor es cambiarse de acera o respirar por la boca, trucos que nunca fallan.

Por último, mi impresión es que Taipei es un lugar muy seguro (el mayor peligro creo que es morir atropellado por una moto). A pesar de ello, los nuevos edificios residenciales cuentan con portería y apertura de puertas mediante tarjetas magnéticas, incluso para utilizar el ascensor. Los pisos viejos suelen tener rejas en las ventanas, dicen que por seguridad; una contradicción que no entiendo si dicen que esto es tan seguro...